Michael Munro, compliance de brasileña Odebrecht: “Hacer lo incorrecto tiene sus consecuencias, no importa el cargo”
Fuente: La Nación, Argentina (5/11/2017)
La constructora brasileña Odebrecht reconoció ante la justicia de los Estados Unidos que pagó sobornos en Argentina por 35 millones de dólares; de 2014 a 2017 dejó de emplear directa e indirectamente a 3000 personas a nivel local y hoy confía en su proceso de transparencia
La empresa constructora de origen brasileño tiene los nombres de todos los implicados en la Argentina en el pago de 35 millones de dólares en concepto de sobornos en la punta de la lengua. Ya hay algunos (pocos) nombres que circulan como sospechosos (el ex ministro Julio De Vido entre ellos), pero de manera directa Odebrecht ofrece entregar a la justicia de la Argentina toda la documentación y todos los nombres de las personas que intervinieron.
La compañía apuesta a pagar una multa (y punto) a la Argentina y volver a las ligas mayores en la adjudicación de obra pública, pero habrá que ver si este país acepta sus condiciones. El negocio de Odebrecht está en declive a nivel local, y le costó aquí el trabajo a 3000 personas (empleos directos e indirectos) desde 2014 a la fecha. Con presencia en el país desde 1987, hoy emplea a 1008 personas (también entre puestos directos e indirectos), pero quiere ir por más.
Por esto, un enorme desafío tiene por delante el norteamericano Munro: levantar la imagen de la compañía y asegurarse de llevar las normas a un cumplimiento del 100%. Sobre la base de esto comenta convencido que “Odebrecht no será una compañía que desaparezca”, aunque enfrenta el mayor escándalo de corrupción de la historia. Con presencia en 24 países, donde trabajan un total de 181.000 personas, sobornó a funcionarios en 12 países.
En los Estados Unidos, que penaliza el soborno transnacional, debía pagar junto a su subsidiaria Braskem US$ 419,8 millones de dólares, monto que fue reducido a 252,8 después de que Odebrecht convenció al fiscal y al juez de que no podía afrontar esa cifra por la pérdida de contratos que afronta desde que se destapó el escándalo. La multa final para Odebrecht sin su filial fue de 93 millones de dólares solo en los Estados Unidos. En otros países siguió el mismo método de operar que tiene en vilo, por ejemplo, al vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, actualmente preso. En Brasil tambalea parte del empresariado y también varios funcionarios. Además 77 personas de su propio management que se quedaron sin trabajo, entre ellos el Marcelos Odebrecht, que está preso y es nieto de quien fundó la compañía en 1944, el ingeniero brasileño Norberto Odebrecht.
También reconoció ante la justicia de Estados Unidos que pagó coimas por US$ 35 millones entre 2007 y 2014 en la Argentina. Todavía promociona en su página web local la obra del soterramiento del ferrocarril Sarmiento, en 2013, de la que dio un paso al costado este año. Lo mismo sucedió con la obra planeada y sospechada para AySA, entre otras. Sí está presente en las obras de los Gasoductos Troncales de Córdoba y de la Planta Potabilizadora de Paraná de las Palmas.
El escándalo de Odebrecht está dentro de una investigación mayor, la Operação Lava Jato (Autolavado en portugués) que avanzó en Brasil gracias a una eficiente utilización de los acuerdos de colaboración premiada, una figura aún débil en la Argentina. “Lo que hizo que las investigaciones fueran tan exitosas en Brasil fue que no se hizo foco solamente en un caso, en un pago de coimas”, dijo en la pantalla de LN+ el fiscal brasileño Paulo Galvao de Carvallo. “Generalmente quien recibe coimas de una compañía, recibe de otras”, agregó. Tratar un caso como un posible modus operandi es lo que permitió que la trama de la corrupción tenga alcances muy superiores a los esperados.
– Aquí la firma pagó 35 millones de dólares en concepto de sobornos. Si no hay un cierre para este caso, ¿cree que podrán seguir adelante con la operación?
– Estamos muy ilusionados, así como en todos los países en los que sucedieron los sobornos, que vamos a poder llegar a un acuerdo con el gobierno. Consistiría en proveer toda la información a los fiscales y en pagar una multa. Hemos estado intentando esto en la Argentina desde hace casi un año. Hay tratados internacionales, prácticas y precedentes que son base para lograr un acuerdo aquí, que es lo que queremos. Es vital para poder obtener legítimamente proyectos de infraestructura y participar de las licitaciones.
– ¿Esto implicaría que la compañía proporcione los nombres de la gente involucrada en los sobornos en la Argentina?
– Sí, sería parte del arreglo.
– ¿Con la condición de que no se tomen medidas aquí contra la compañía?
– Ya hicimos arreglos en 5 países (Brasil, los Estados Unidos, Suiza, Panamá y República Dominicana, y ya está conversado en Ecuador). La compañía tiene que pagar por lo que hizo mal. Todos estos acuerdos tienen multas significativas que se pagan a lo largo del tiempo. Pero incluyen la oportunidad para la compañía de continuar con la actividad. Entendemos que no tendremos más oportunidades, pero queremos seguir adelante en la Argentina. En Odebrecht queremos revelar absolutamente todo, ser completamente transparentes.
– ¿Usted conoce los nombres de los involucrados en la Argentina?
– No (se ríe). No es información que tenga que ver con mi función. Tenemos un team de abogados que están trabajando en el arreglo. No tenemos ningún deseo de esconder ningún nombre. Queremos hacer lo correcto.
– ¿Es reversible el daño que tiene en su imagen de marca?
– Yo creo que sí. Hay otras compañías que tuvieron problemas similares….pero es cierto que no a esta escala. Pero tengo mucha confianza en que la marca pueda recuperarse siempre y cuando continuemos haciendo lo correcto. Tenemos monitores independientes de compliance de los Estados Unidos y de Brasil que están haciendo todo para asegurarse de que esto suceda. Argentina fue uno de los seis países seleccionados por ellos para evaluar el programa de compliance y buscaron cada detalle. Esperamos algunas recomendaciones pero creemos que van a comprobar que se están haciendo las cosas bien.
– ¿Se consideran víctimas de un Estado corrupto?
– Nunca diría eso. Ambos son culpables, la compañía y los funcionarios. Hay muchas compañías muy buenas que hicieron y hacen negocios en la Argentina sin pagar sobornos.
-Marcelo Odebrecht ¿sigue preso?
-Sí, y nadie se puede imaginar el impacto que tiene en su familia, en sus hijos. Esto es un ejemplo para quienes trabajamos en la compañía y para quienes trabajan en otras empresas. Hacer lo incorrecto tiene consecuencias, no importa el cargo. En Brasil se intentó incluir contenido local, como por ejemplo defender los empleos. Pero se trata de justificar lo injustificable. Todos en la compañía lo saben.
-Las leyes de los Estados Unidos son muy duras, pero en casos de soborno se pagan multas altas y la compañía sigue operando.
– Darle una oportunidad a la compañía y a sus empleados es importante, ya que no se trata de castigar a los empleados, que no tuvieron nada que ver con la corrupción. Además está probado que se trata de una empresa que sabe lo que hace en materia de construcción, que hace obras de calidad.
-¿Cómo reaccionaron los empleados a raíz del escándalo internacional?
– Se desencantaron y se sintieron traicionados. Y la reacción de la gente en Brasil también fue muy negativa. Había mucho orgullo en trabajar para esta compañía. Ahora nos estamos recuperando y para un programa de pasantías que tenemos se presentaron 25.000 jóvenes. Vamos a aprovechar esta segunda oportunidad.